Al fin, sí.

Hay momentos en la vida que merecen ser vividos. Uno de ellos es, sin duda, ver a España ganar una competición internacional en fútbol. Este año, al fin, hemos ganado nuestra segunda Eurocopa. La primera en color.

Sin ser yo tampoco un gran entendido... creo que hemos ganado la Eurocopa por los siguientes factores: en primer lugar, hemos tenido un estilo de juego definido que ojalá perdure. Hemos tenido posiblemente los jugadores ideales para ello. El grupo se ha mantenido muy unido. Los jugadores individualmente han rendido a un nivel óptimo todos ellos (aunque a Sergio Ramos y a Iniesta les haya costado arrancar). Y, por supuesto, porque la suerte nos ha acompañado. Y esto no es malo... con la suerte en contra no se gana una competción así.

Y ¿qué me decís de este momento? Lo estuve esperando toda la noche. Tenía muchísimas ganas de ver al gran Íker levantar la copa como capitán de la selección. Me alegro muchísimo por él. Me cae bien. Un chaval en apariencia sencillo, que parece ser ha hecho una gran labor como capitán, que es de los mejores del mundo (si no el mejor) en lo suyo y que empieza a tener un palmarés envidiable para cualquiera. Y es joven...

Y, claro, no querría terminar esta entrada sin al menos citar los dos detallazos de la celebración: Sergio Ramos recordando siempre a Antonio Puerta y Andrés Palop recogiendo la medalla con la camiseta de Arconada. Impresionantes.