miércoles, 4 de febrero de 2009

Reflexión sobre el caso de Toño

Podría decir que la mujer en cuestión es una auténtica ¡¡*$%&!! pero no es esa mi intención. Quiero centrar más bien mi reflexión en la figura de la discriminación positiva, que reconozco fue de las primeras cosas que se me vinieron a la cabeza mientras escuchaba, atento, a Toño por vez primera.


Muchos pensaban que la discriminación positiva era el antídoto mágico que libraría a hombres y mujeres de tantísimos males terribles que tienen lugar en nuestro país. El problema es que cuando tomaron ese camino olvidaron que toda "discriminación positiva" encierra una discriminación REAL para la otra parte (¿lo llamamos discriminación negativa o dejamos de hacer gamberradas con la lengua de Quevedo, Cervantes...?).


Como decía, olvidamos a veces que favoreciendo injustamente a unos perjudicamos a otros. Sirva como prueba el invento de la paridad... (Carmen Calvo, Magadalena Álvarez, Bibiana Aído... aunque reconozco que me resisto a pensar que no hubiese mujeres mejor preparadas para ocupar los Ministerios) porque ya lo dijo, y muy bien dicho, la Reina de España, Doña Sofía cuando afirmó que lo de la paridad es una tontería, que deben ser siempre los mejor preparados con independencia de su sexo. Por mí, como si gobiernan 15 mujeres... De verdad.


Y claro, al final todas estas chapuzas políticas terminan desembocando en auténticos fenómenos sociales tan injustos, o más, que aquella situación que se buscaba evitar. Hablaba hace un momento con un amigo que si Gumersindo dice que Hermenegilda le ha pegado... la gente se ríe de él. En cambio, si Hermenegilda afirma (aunque sea mentira) que Gumersindo le ha pegado, la sociedad se cebará con él como se está cebando con Toño, declarado inocente por sentencia judicial de la que desconozco si ha adquirido o no firmeza, aunque no creo que lo haya hecho aún pues los hechos que Toño relata suenan aún muy cercanos en el tiempo.


El caso es que es una pena que partiendo de un fenómeno absolutamente vomitivo como es la violencia de género un Gobierno desarrolle políticas sociales tan desacertadas y, lo que es peor, que otras mujeres se aprovechen del sufrimiento que han sufrido y sufren tantas y tantas mujeres (y hombres, ojo) en España.


Por último, a Toño: mucho ánimo porque lo cierto es que su historia suena perfectamente creíble. Yo soy de los que piensan que el tiempo pone a cada uno en su sitio.

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